«Cuando me iba a casar, mi madre me dijo: “Solo te voy a dar un consejo: desde el primer momento de tu vida en pareja, no aceptes nada que no estés dispuesta a aceptar toda tu vida” A partir de los 40 me he dado cuenta que he aprendido a decir “no” y vivo mucho mejor.

Para saber decir “no”, hay que aprender primero a decir “sí” a lo que nos gusta. Y para ello es necesario conocernos bien. Conocer nuestros deseos, nuestros valores y sentimientos.

Hay muchas razones por las que a la gente le cuesta decir que no: pena, obligación, compromiso, vergüenza, etc. Pero la palabra “no”, nos puede evitar muchos problemas y nos puede ayudar a vivir mejor. Y además, un “no” razonado y dicho con respeto es mucho más considerado para los demás que un silencio.»

Para leer más: La importancia de saber decir “no”, Elena Gómez del Pozuelo en El blog de mujeres consejeras y consejables.

Añado, ¿es necesario llegar a los 40 para aprenderlo? ¿Qué tal lleváis el noísmo? Yo lo practico de un tiempo a esta parte, con algunos disgustos que son sin embargo buenas inversiones en tranquilidad posterior.

¡Buen jueves!